Mirando a la loca de mi gata, uno se pregunta que pasa por su cabeza cuando se pone a bufarle al desagüe de la ducha, y le dan ganas de preguntarla. Por eso le pedí al profesor Hubert Farnsworth que me dejase la máquina ¿Y si...? y me dejase ver que pasaría si los animales hablasen.

En primer lugar, con horror contemplo que la cantidad de gente que come carne es minúscula. Los carnívoros están mal vistos, nadie quiere comerse a una criatura capaz de pedir piedad o de entonar te una canción tierna de cuna.

Escuchas la radio, y no sabes si la voz que oyes es la de Jimenez los Santos o la de una hiena, aunque al cabo es lo mismo. ¿Los especialistas de cine? la mayoría sustituidos por animales disfrazados, y películas como Chicken run pierden sentido, aunque hay colectivos de animales que se manifiestan contra los antiguos campos de concentración y explotación de los humanos. Ni que decir tiene que muchos de ellos piden la censura ante muuuuchas películas.

¿Y la de cosas de las que nos íbamos a enterar de los famosos a través de sus mascotas? Ganancias para la prensa rosa, lo cual va en contra de mi primera pregunta formulada a la máquina ¿Y si...?
Hace furor en los escenarios y en iTunes un grupo de 5 simios que se llama Gorilas en la niebla. Se crea una serie de televisión para El planeta de los simios.

Tener lombrices en el estómago, piojos en el pelo, ladillas en el... se considera buena suerte, pues les puedes cobrar alquiler, ¿y si te molestan? ¡pues mejor! les denuncias por daños y perjuicios.

El fondo del mar explorado sin problemas gracias a los animales y las vistas aereas igual, ¡todo rodado en HD!

En fin, los animales piden trabajos, casas, derechos por supuesto... la convivencia con ellos se normaliza, es como vivir en el mundo de Disney. El concepto de mascota se pierde y los solteros se vuelven más huraños y reprimidos.

La sociedad gana, hay mas trabajadores y más diversidad, pero como he dicho al principio... ¡¡¡NO SE PUEDE COMER CARNE!!! que horror.

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