La explicación para esto es muy simple. Las bobinas de Tesla son transformadores de resonancia. La corriente pasa de su circuito primario al secundario acoplandose. Esto crea una transferencia de carga. Si se rebasa la capacidad de carga, el arire, que es hasta un punto aislante, empieza a conducir la electricidad y se ioniza. De ahí los rayos tan curiosos que podemos ver.
Modulando la frecuencia del rayo obtenemos sonidos semejantes a las notas musicales, eso sí, necesitamos acoplar las bobinas a un ordenador, un teclado, una guitarra o similar.
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